Personalmente, esta cuestión me resulta ciertamente reductionists, pues no en todos los casos tomaría la misma decisión. Mi decisión dependería del grado de descontento con el tratamiento recibido y del humor que yo tenga.
Por un lado, poniendo el ejemplo de un restaurante, si el problema fuese que la comida me ha llegado tarde o que el camarero no me ha tratado de forma adecuada si estaría dispuesto a dar una buena valoración en caso de que eso dependiera la permanencia de un trabajador.
Sin embargo, si la comida ha llegado en mal estado o el trato del camarero ha sido extremadamente malo, jamás pondría una valoración positiva al restaurante, ya que, si bien es cierto que el trabajo de ciertas personas depende de ello, creo que tienen que ser capaces de hacer mínimamente bien su trabajo. Por lo tanto, si no lo hacen, yo no les pondría una valoración positiva, mas tampoco negativa.
En estos dos ejemplos no estoy teniendo en cuenta un factor que creo que puede ser determinante a la hora de tomar esta decisión: el humor. A menudo suele ocurrir que cuando estemos de mal humor hagamos algo de lo que luego nos arrepintamos, como por ejemplo podría ser dar una mala valoración y, por consiguiente, que una persona pierda su trabajo. Hay días que, aunque el trato recibido sea pésimo, ni tan siquiera se me pasaría por la cabeza la idea de valorar negativamente a la atención al cliente. Sin embargo, en otras ocasiones, a la mínima que sintiese un mal trato a mi persona no dudaría en hacerlo.
En conclusión, creo que esta es una una decisión que puede depender de dos variables. Por un lado, el humor y , por otro lado, el nivel de insatisfacción con la atención al cliente.
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