Grafitis

El arte lo podemos encontrar de muchas formas y estilos diferentes. Tenemos la música y sus distintos estilos, la actuación y sus diferentes formas de llevarla a cabo y también tenemos la pintura, que cuenta con múltiples formas de ser representada. Una de estas formas son los grafitis. 

Los grafitis igual que el resto de formas de arte, me parece que tiene que ser respetado y apreciado al igual que el resto de obras artísticas. Es cierto, que no creo que sea correcto el acto de marcar una propiedad privada con un grafiti, pero no por ello creo que todos los grafitis sean producto de un acto vandálico. Creo que los miembros de estas comunidad privada, deberían entender los grafitis como una forma de expresión artística y no demonizarlos por haber vivido esta experiencia, al igual que los grafiteros deberían de entender que no cualquier lugar puede ser un lienzo para sus pinturas. Obviamente entiendo la frustración de los que viven en esta comunidad y sus ganas de acabar con lo que representa un problema para ellos. En mi opinión, creo que la mejor manera de combatir estos grafitis, es con otro grafiti. Es decir, igual en vez de gastar el dinero en volver a pintar la puerta de blanco, los miembros de la comunidad podrían gastar el dinero en contratar a un grafitero. Así, le mandarían a este, realizar un diseño que sea gusto de todos. Creo que esto podría funcionar, ya que investigando, he visto que hay una regla no escrita entre grafiteros, por la cual uno tiene que respetar el grafiti del otro y no puede pintar sobre este. Tal vez esta sería una solución más eficaz y duradera que volver a pintar la puerta de blanco, convirtiéndola en un nuevo lienzo para el siguiente grafitero que pase. Pero por parte de los grafiteros, si quieren expresar su arte, tal vez lo mejor sería que fueran por ejemplo a lugares abandonados, donde su arte no va a perjudicar a alguien más y donde van a poder hacerlo sin problema.

En conclusión, creo que los grafitis no son un acto vandálico, siempre y cuando al grafitero se le pida la realización de una pintura, a cambio de dinero o cuando el grafitero exprese su arte en un lugar, donde sabe que no va a molestar a nadie.