Hoy en día está muy de moda el pintar, tanto las calles como los trenes. Algo que habría que parar pero ya. Los graffiteros se creen que el mundo es suyo y que pueden pintar donde quieran y esto no es así.
El otro día igual que a Larrea un tío me pinto el portal y hemos tenido que aprobar una derrama. Hace como un año vi a otro chaval pintando un banco, y le empecé a insultar hasta que le quité el rotulador.
Me puse a pensar el otro día que cuando un imbécil de estos pinta un tren, y lo tienen que limpiar lo pagan mis padres, y esto no me hace ninguna gracia.
A parte de que haya que limpiar, es un peligro ya que les gusta pintar autopistas, y los conductores los podrían atropellar. Cuando un imbécil de estos pinta una propiedad privada se tendría que incrementar la pena. Pero lo peor son los trenes.
Con este tema lo que pasa es que hacen que los pasajeros lleguen tarde a sus destinos, así que también deberían acusarles de secuestro.
En conclusión deberíamos acabar con los graffiteros, porque son desechos sociales que lo único que hacen es que la sociedad decaiga.
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